El Tren Interoceánico arrancó las primeras pruebas por la vía rehabilitada de 212 kilómetros, de la comunidad de Medias Aguas, Veracruz, a la ciudad de Salina Cruz, en el Istmo de Tehuantepec, lo que originó muestras de entusiasmo entre las personas al escuchar el silbato tradicional de la locomotora.
El primer recorrido del tren carguero transportó 10 tolvas con cemento y dos tanques con ácido fluorhídrico, peso suficiente para los nuevos rieles, durmientes y el balastro sustituido durante el último año, después de décadas de abandono.
La noche del pasado lunes, en Matías Romero, antigua ciudad ferrocarrilera, fue evidente el gusto de sus habitantes por la reanudación del servicio; recordaron que hace más de 25 años, a partir de la privatización del sistema ferroviario, los gigantes de acero abandonaron la estación central.
La máquina pasó por las estaciones rehabilitadas de Medias Aguas, Matías Romero, Lagunas, Ixtepec y Salina Cruz, atravesando por estaciones importantes como Mogoñé, de San Juan Guichicovi y LaChivela, de Asunción Ixtaltepec.
Fotografías y videos circularon en redes sociales en los que quedó de manifiesto la vocación ferrocarrilera de los pueblos del Istmo, por lo que esperan detone la economía de sus localidades, circunvecinas a la ruta Coatzacoalcos a Salina Cruz.
El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, tiene su raíz desde el Porfiriato, cuando el general Porfirio Díaz inauguró los puertos de Coatzacoalcos en Veracruz, y de Salina Cruz en Oaxaca; el ferrocarril conectaba a ambos para llevar y traer mercancía del Pacífico hacia la costa este de los Estados Unidos.
En 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador lo incluyó en el Plan Nacional de Desarrollo, un año después inició la rehabilitación de las vías del ferrocarril para incrementar la velocidad de traslado de mercancías.